domingo, 3 de abril de 2011

Posibilidades de la integración teórica en Psicoterapia.



Volviendo de un viaje de trabajo, larga y apasionante conversación con un colega que trabaja en el modelo conductual. Una de las cosas en las que coincidíamos bastante es el la idea de que nos conviene leer de todo aunque hay que trabajar según algún modelo coherente en el que cada cual pueda creer y confiar. Esta posición, epistemológicamente conduce a posiciones algo confusas y débiles, pero personalmente me parecen mas atractivos que adoptar un punto de vista mas unilateral.

Hawkins y Mloninow en su libro “El gran diseño” explican como en la Física hay teorías que pueden explicar y hacer predicciones verificables sobre fenómenos de lo material distintos, como el electromagnetismo, o la gravedad desde diversos puntos de vista. Sin embargo, encuentran dificultades para construir una teoría que relacione satisfactoriamente entre si los diversos campos de lo observable. Apuestan por una propuesta que denominan “Teoria M” que explican así:

“La Teoría M no es una teoría en el sentido habitual del termino, sino una familia de teorías distintas, cada una de las cuales proporciona una buena descripción  de las observaciones pero solo en un cierto dominio de situaciones físicas”.

Me gusta este planteamiento, porque implica que, dado lo complejo del universo observable, aceptar una aproximación desde distintas perspectivas pueda dar una idea de conjunto mas rica que pretender una descripción desde un solo punto de vista. Alguien escribió que “no puedes pretender que comprendes un fenómeno hasta que no lo puedes describir coherentemente de dos maneas distintas”. Es una idea interesante para aproximarla al campo de a psicoterapia.

Todo esto para presentar un interesante articulo de van Beveren y de Haan. "A Visual Metaphor Describing Neural Dynamics in Schizophrenia" donde los autores proponen una “metáfora” para comprender la esquizofrenia, tratando de relacionar distintos niveles teóricos. Por ejemplo, lo que sabemos de la relación entre los circuitos neuronales dopaminérgicos, algunas hipótesis sobre la congición, algunos modelos experimentales de relacionados con redes neuronales artificiales y lo que sucede a nivel clínico, Todos ellos niveles de un ámbito de observación completamente diferente.

El articulo de van Beveren y de Haan articula los diferentes niveles de observación de una manera ingeniosa y coherente con las observaciones que aparecen en los diversos niveles del aproximación a la vida psíquica: desde le punto de vista clínico (el punto de vista de lo que la persona dice en la consulta), desde el punto de vista neurobiológico (lo que los investigadores han encontrado estudiando el cerebro de las personas con esquizofrenia, como por ejemplo el papel de la Dopamina), y pasando por hipótesis y modelos de redes neuronales artificiales, o teorías sobre la cognición, que por el momento se mueven en un nivel muy especulativo. Es un artículo se mueve en una orientación parecida a la “Teoría M” de Hawkins.

En el campo de lo “psi”, una critica habitual a las aproximaciones “integradoras” que, en su traducción a la práctica clínica, podrían conducir a un tipo de práctica que permitiría justificar casi cualquier conducta técnica de entre las prescritas por los modelos en juego. Obviamente, ante una determinada situación clínica, no es lo mismo una interpretación psicodinámica que ejecutar una técnica de reforzamiento de conducta, aunque, ambas potencialmente puedan tener efectos terapéuticos para el paciente. Un psicoanalista elegirá preferentemente la primera como estrategia técnica, y un psicólogo conductista la segunda. Cada técnica se justifica en su propio ámbito teórico, pero es difícil encontrar el marco que pueda justificar ambas  a la vez.

Un clínico “integrador” tendría que justificarse si pretendiera que, guiándose de su experiencia o de su insitinto, unas veces unas una técnica y otras veces la otra. Como el otro día me sugería agudamente un colega, un clínico debería leer de todo, pero en su practica tiene que ser consistente con una determinada teoría.

Hay otras perspectivas. Un terapeuta skineriano probablemente podría analizar una sesión psicoanalítica y explicar sus efectos desde referencias puramente conductuales. Y el mismo ejercicio se podría hacer desde la otra perspectiva. Esto, seguramente, ya se ha hecho.

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